La Importancia Innecesaria

Quizá, tan sólo por un día, podríamos aceptar lo que realmente buscamos. Es un mal trago perder a un amigo, ver morir a alguien de tu familia y sentir como fuego todas las palabras que debiste darle. Es terrible ver como haces las mismas cosas mal, día tras día, sin poner el mínimo esfuerzo en cambiarlas o sentirte mala persona por no hacer ni un sacrificio por los demás:

Desmembremos la unidad, mutilemos nuestra mente con hipotecas absurdas y coches con cierres centralizados. Agrandemos nuestras bibliotecas de libros escritos por nosequién, vistamos ropas cosidas por viudas enfermizas y huérfanos tullidos. Comámonos el pesticida, trabajemos por llevarnos a la boca cerdo mutante y pescado cancerígeno. ¡Oh, mejor aún!, si lo vemos claramente y no nos gusta cambiemos de parecer como una fulana se cambia de bragas. Y si aún nos queda bolsillo e hígado, ahorremos para hacer un viaje allá donde la gente pobre vive comiendo de verdad para reírnos de ellos y colonizarlos con nuestra imbecilidad.

»Besemos el cielo de la ceguera, la tierra prometida es nuestra ganada con el sudor de nuestra frente, es nuestra por derecho propio.


Pero quizá, si tan sólo hiciéramos un esfuerzo... Un esfuerzo como el que nunca hemos hecho, porque nunca hemos hecho un esfuerzo real...






Postdata: He tomado el pseudónimo de Søren como tributo a Søren Kierkegaard, por su ejemplar forma de pensar, la cual me ha inspirado a escribir lo presente de la forma más sincera conmigo mismo.