En qué nos definimos | Qué nos llamamos

Las cosas que nos dice el mundo y que con el tiempo, la fuerza de nuestra indiferencia hace que sea parte de nosotros de la forma más imperceptible y extraña:

"Forma parte de algo grande", "Siéntete orgulloso de pertenecer a las fuerzas armadas", "Federico era un gran futbolista" (Entónese todo esto de forma entusiasta, ayudará a darle una naturaleza mucho más ridícula que la de que por sí tiene, que no es poca). ¿Perdón? ¿Qué tiene de malo no formar parte de nada que no sea yo? ¿Tengo que pertenecer a algo que no sean mis ideas para ser alguien? ¿Realmente quiero ser (aunque sólo sea por vanidad, ya da igual a estas alturas), un futbolista hoy o el día de mañana para los demás o para mi mismo?


¿Vales tan poco para ti mismo como para esperar una calificación?


Si reforzamos nuestra identidad con elementos que no sea individuales, ¿estamos esforzándonos entonces por que nuestro yo se disperse hasta no tener ni integridad ni consistencia? Si definimos nuestra identidad con conceptos, ideas u objetos que pueden ser caducos o resultarte insustanciales el día de mañana, ¿nos habremos aplicado mas allá de nuestras convicciones** en que nuestro interior sea mortal | con la falta de implicación? Y por último: Si nombramos nuestro yo con palabras sin significado, y nos decimos "yo soy Juan, yo soy Juan", ¿hacemos exitosamente de nosotros algo sin significado? "¡Eh, mi padre se llamaba Juan, y también mi abuelo y bisabuelo...!". Bien, ¿y eso que significa? Tu no eres Juan, no quieras engañarte, ni tampoco eres español y menos todavía promotor de construcciones. Tu eres simple y llanamente lo que hagas de ti, que puede ser tan ridículo y caduco como "Juan, el promotor español", o como lo que demonios debas de ser ahí dentro, por escondido que esté.


Pero "Dios, Patria y Rey", quédate con eso. O con tu importantísima lengua nativa, lucha por preservarla y llamarte euskaldun. Malgasta tu vida entera diciéndote socialista o profesional, lo que te dé la gana. Es mucho más sencillo ser Juan.

**Quizá tus convicciones estén atadas a la inexistencia de algo relevante o más allá de la muerte, pero en ese caso o no tienes por qué esforzarte en recordarte todos los días lo inmensamente frágil que eres o simplemente, deja de leer este estúpido pastiche.